Cuando “La Pietra Taurina soc. coop.” nació, no se llamaba “La Pietra Taurina” y tampoco era una sociedad cooperativa. Era una familia, un hombre y una mujer que se remangaban y trabajaban duro para poder vivir. Era el 1850 y la pequeña empresa familiar empezaba a extraer la piedra en Taurisano de donde proviene la gran mayoría de la piedra de todo sur de Salento. El territorio ofrecía Carparo, Tufo y Piedra de Lecce y el hombre los extraía, los trabajaba, los utilizaba para iglesias, casas nobles, edificios de prestigio. En esta época no había máquinas: había las manos fuertes de los hombres, algún instrumento y mucho labor.
Desde el principio de esta historia hasta hoy han pasado algunos años y cinco generaciones de trabajadores. La pequeña empresa familiar se ha convertido en una sociedad cooperativa con una estructura más organizada, máquinas de última generación y un ámbito de acción que llega a toda Europa. El punto inicial es siempre lo mismo: Taurisano, de donde salen productos que llegarán a todas las latitudes de Italia pero también de Europa. Ya han pasado mucho tiempo y muchos cambios. Del mismo modo se han sucedido empleados, máquinas, órdenes y la satisfacción de los clientes. Nuevos pedidos por teléfono, luego por correo electrónico. El sitio internet, los apretones de mano, la emoción de dar siempre nuevos pasos adelante.
Aún hoy a la cantera de “La Piedra Taurina” se extraen bloques de piedra en forma de paralelepípedo, destinados a la transformación. Se convierten, cada vez, en revestimientos, encimeras, fregaderos y todos los objetos acabados destinados a la venta. Son bloques de Tufo, Carparo, Piedra de Lecce y Piedra Taurina.
La Piedra Taurina. Es precisamente esta última, la Piedra Taurina, la punta de lanza de nuestra producción, una tipología de piedra con características particulares, refinadas y muy apreciadas por el público. La Piedra Taurina se extrae únicamente en el territorio de pertenencia de la empresa, y por eso le da el nombre a nuestra sociedad.
Se trata de una tipología de piedra mucho más dura y por consiguiente más compacta. La Piedra Taurina es por lo tanto particularmente apropiada para pavimentos en cuanto no sufre el mal tiempo y soporta perfectamente a todas las condiciones climáticas, hasta el hielo ya que, no teniendo una estructura estratificada, no permite la infiltración del agua y, al mismo tiempo, al hielo de hinchar. Gracias a su dureza, la Piedra Taurina se utiliza casi exclusivamente para la realización de pavimentos, fregaderos y cocinas de obra.
Tufo y Carparo. Tufo o Carparo es un material desde el cual se puede realizar cualquier tipo de producto, de cualquiera escala, desde las dimensiones más grandes hasta las más pequeñas. Dada su rica gama de coloraciones – desde el amarillo, hasta el rojo, el beige y el negro – es posible personalizar al máximo cada pieza. Con Carparo o Tufo se realizan parapetos, molduras, bóvedas típicas de los edificios tradicionales de Salento, que siempre más se van solicitando más allá de los confines de nuestra región y hasta de Italia. Es un material totalmente diferente de la Piedra Taurina – compuesta toda de fósil – en cuanto se trata de una piedra caliza que deriva de la cementación de sedimentos de roca calcárea.
La Piedra de Lecce (en dialecto de Salento, “leccisu”) es la piedra que todos conocen, por su particular estructura, su ductilidad y su color claro y luminoso que dona elegancia a cada obra. Con la Piedra de Lecce se puede realizar cualquier objeto, incluido adornos para muebles de los tamaños más pequeños.
En tantos años de actividad, “La Pietra Taurina soc. coop.” se ha especializado en el estilo rústico, respondiendo a las exigencias de una clientela variada y de diferente proveniencia cultural y geográfica. Entre nuestros clientes hay muchas estructuras turísticas de pequeñas y grandes dimensiones, diseminadas por casi toda Europa.
Resistente como la piedra. La piedra no es un material como los otros. Se lleva un alto valor simbólico: recuerda la fuerza de quien no se da por vencido, la dureza de las manos antiguas que extraían y trabajaban y daban forma sin parar. La piedra necesita devoción y fatiga, fuerza de ánimo y sacrificio. Pero puede recompensar cada esfuerzo donando entusiasmo y satisfacciones.
El territorio de Apulia está acostumbrado a la piedra. Hoy casi no nos damos cuenta, pero estamos rodeados de riqueza y maestría. Pero quien vive lejano de aquí, espera en un viaje en estos lugares para ceder a la magia y enamorarse de colores y tonalidades que no se encuentran en ningún otro sitio del mundo. Es gracias a esta magia que se va a crear, que los clientes de “La Piedra Taurina” aman visitar nuestra empresa, exponer sus proyectos, consultarse con los profesionales, antes de comprar. En una palabra, quieren enamorarse de la piedra. Y sólo luego, hacerla suya.